Juan Sebastián Cabal y Robert Farah.

 Por Filiberto Rojas Ferro - Colprensa.

Winston Salem, Sao Paulo, Ginebra, Buenos Aires y dos veces Rio de Janeiro. Cinco ciudades que tienen algo en común para Colombia: Juan Sebastián Cabal y Robert Farah levantaron allí los brazos, festejaron y se trajeron seis trofeos profesionales de tenis.

Son los mejores de la historia colombiana como pareja. Son la dupla número tres del mundo en la temporada 2016 y la mejor como tenistas de un mismo país. Cabal y Farah escriben su historia y la de un deporte en Colombia, porque en sencillos ningún compatriota ha logrado lo que ellos ya tienen en dobles.

Fabiola Zuluaga ganó cinco torneos profesionales en sencillos durante toda su carrera deportiva y Mauricio Hadad logró uno. Cabal y Farah ya tienen seis en dobles y transitan por un momento deportivo ideal, que los tiene como los mejores deportistas de raqueta de nuestro país, delante de Miguel Ángel Rodríguez, sexto del mundo en squash.

Para llegar a donde están hoy, Cabal y Farah han tenido que vivir casi toda su existencia dedicada al tenis, a la disciplina, a perfeccionar la técnica, a entender que ser doblistas era el camino, a abandonar en el momento justo el sueño individual, porque el futuro era en equipo.

Robert cumplió 29 años en enero y Juan Sebastián cumplirá 30 en abril. Desde los tres años, cada uno empezó a caminar sobre el polvo de ladrillo o el cemento de las canchas de tenis, con raquetas que eran más grandes que ellos, pero que hoy los hacen grandes en el deporte que los apasiona.

Se conocieron con una red separándolos en la cancha, se enfrentaron muchas veces, fueron rivales desde la infancia, pero una vez terminaba cada partido, caminaban hasta la red para afianzar una amistad, una relación que en ese entonces iniciaba afuera del rectángulo y que cada vez se fortaleza más adentro, donde libran batallas como equipo.

“Con Robert la relación es increíble, nos conocemos hace demasiado, pasamos prácticamente todo el año juntos, así que esto hace que pasemos muy buenos momentos juntos”, dice Cabal, y Farah afianza el concepto: “Sebas y yo nos conocemos de toda la vida, somos como hermanos. Una amistad con buenas bases puede durar toda la vida, esperamos que eso se siga dando, porque sería lo mejor”.

En formación deportiva se unieron a los once años, cuando ingresaron al Equipo Colsanitas, la empresa que ha creído y apoyado el deporte blanco en nuestro país, que ha permitido los mejores resultados. Con ella, Cabal y Farah llegaron en su adolescencia a la élite del tenis colombiano.

Luego de destacadas carreras individuales en su juventud, con inicios de dobles para Cabal, Farah decidió tomar una pausa en el deporte profesional y viajar a Estados Unidos, para estudiar y jugar tenis en la Universidad del Sur de California, donde conoció a fondo el trabajo en equipo, pues en la liga universitaria estadounidense siempre se juega al estilo de Copa Davis, en el que los dobles son esenciales.

Mientras Robert estudiaba y jugaba en categorías universitarias, Cabal continuó por la ruta del profesionalismo, pero también descubrió en el camino sus cualidades para dobles, muy por encima de las que mostraba en sencillos, por eso Santiago Giraldo, Alejandro Falla y Carlos Salamanca aparecieron como sus primeros ‘partners’ en cancha y, a veces, con Robert, antes de su partida a la Universidad o en sus vacaciones universitarias

Con Salamanca, Cabal hizo una buena dupla, pero ante las lesiones del boyacense, Cabal debía llegar a cada torneo a buscar pareja, a encontrar un buen doblista para jugar, porque no tenía a alguien fijo, no había reencontrado a Robert Farah.

Desde que pasó al profesionalismo, decidió dedicarse a jugar dobles, pero fue en 2011 cuando se graduó, primero junto al argentino Eduardo Schwank, al ser finalista del Grand Slam de Roland Garros y luego con su amigo, su hermano, Robert, con quien ganó la medalla de oro de los Juegos Panamericanos Guadalajara-2011, la primera dorada de este certamen en la historia nacional.

“Ganar los Panamericanos fue muy especial, es un torneo que se juega por el país y es cada cuatro años y lograr la primera medalla para Colombia en tenis es hacer historia”, esa que desde ese momento empezaron a escribir como la pareja del tenis colombiano y que hoy los tiene como la tercera mejor dupla del año, ya con las maletas empacadas para ir a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, con buen pálpito, pues es la misma ciudad donde han ganado dos veces el ATP500 y donde sueñan con subir al primer escalón del podio, para reclamar el oro.

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